VANITAS VANITATUM ET OMNIA VANITAS

Hoy me he estrenado en el gym, después de un montón de años sin pisar uno. Necesito hacer un poco de fuerza y no hay lugar mejor equipado para ello que un gimnasio. No es de mi gusto pisarlos, no me gusta ese ambiente. Me extenderé un poquito en este tema.

Etimológicamente, gimnasio viene del termino griego gymnasium, que a su vez viene de gym. Gym significa "desnudo" y gymnasium "lugar donde se permanece desnudo". Hoy en día podríamos pensar en un solarium, una sauna, una playa nudista o una sesión fotográfica de Spencer Tunick. No, en aquél entonces era una especie de lugar de instrucción física, siguiendo la idea de los antiguos griegos de que era tan importante el culto al cuerpo como a la mente. Allí no sólo se impartía educación física y deportiva, sino también otras artes como la literatura, la música y el teatro. Eso sí, iban desnudos (valga asegurar que no había féminas ente los "gimnastas"). La educación física principal era la lucha y era primordial el ahora entendido como culturismo (desarrollo y definición muscular del cuerpo, dentro de los parámetros apolíneos de aquella época). Como vemos, existen los componentes físicos y estéticos; pero también los éticos y los filosóficos: la lucha, como superación física y perseverancia, se puede trasladar al ámbito del pensamiento y a una visión ética peculiar del deporte y la vida (de la arethe, de la "virtud", del éxito del vencedor). También se puede trasladar a la dialéctica platónica el hecho propio de la pugna.

Siglos después, el gymnasium, en Alemania, vino a ser una institución secundaria de formación, algo así como el COU, una etapa preuniversitaria de formación física y espiritual posthumanista, creo que aún existente en algunos países del norte de Europa. Simplemente por nombrarlo.

Ahora, la construcción social de la realidad, que se convierte en multiplicidad de realidades construidas por convenios sociales, sean expresos o tácitos, con un lenguaje propio, su estética propia, sus actividades exclusivas o su código particular, tiene en los actuales gimnasios una realidad social particular e incuestionable. Los ejercicios, las miradas, las intenciones, las expresiones bajo el denominador común del culto al cuerpo.

La frase del título, sacada del inicio del Eclesiastés bíblico, me hace plantear una reflexión, casi más espiritual que ética. Vanidad de vanidades, todo es vanidad. Nos hemos convertido en los admiradores del ídolo, del icono venido a ídolo, de la imagen transformada en icono... ¿Somos incapaces de trascender la idolatría? ¿Es más importante en la sociedad de hoy el culto al cuerpo, a la imagen como mera idolatría (o como vanidad), el vivir en otro, el imitar a otro que vivir en uno mismo, experimentar la vivencia de ser? Parece claro que sí. Al contrario que el espíritu formativo en la Grecia clásica, aquí y hoy en día nos limitamos a ir al gimnasio para cultivar solamente una imagen, claramente diferenciada de la riqueza del pensamiento. Eso sí, algunos están encantados de pasearse desnudos (para que les vean, o para mirar, o para alguna otra cosa más...). Por otro lado, ¿dónde están la recompensa ética, la búsqueda de la felicidad a través de la belleza y la salud dejando a un lado la sabiduría y la riqueza de mente y espíritu?

Bueno, que tampoco es pa'tanto. No creo que todos los que allí estuviesen entrasen dentro del culto a la imagen exclusivamente. Y tengo que deciros que hay muchos espejos, y que cuanto más me he visto reflejado es indudable llegar a la conclusión que estoy megahipersuperbuenísimo y no me hace falta el gimnasio para nada, ni siquiera unos retoques de cirugía estética, jejejeje. Bromas aparte, pues eso, que he rememorado viejos tiempos de gimnasio y he seguido viendo esa vanidad flotar en el ambiente. Ya os contaré más adelante que tal va la experiencia.

Desde aquí quería desear lo mejor a los amigos Juanlu, Andrés, Fernan, David, Abel y otros conocidos que van a disfrutar de los 42195 metros del Maratón de Castellón del próximo domingo. Ya nos contareis...

Y puestos a cultivar el espíritu, os dejo con el temazo "So What" del grande Miles Davis, interpretado a dúo con John Coltrane. Toma ya. Para degustar con ese vinito que voy a ponerme mientras preparo la comida al son del inigualable "Kind of Blues", del maestro Miles Davis. Altamente recomendable (el LP, y también el Cepa 21, D.O. Ribera del Duero 2008)