lunes, 29 de septiembre de 2014

CONVOCAMOS XIV #runandbravas



Ya está listo para celebrarse el XIV #runandbravas. Disculpad la tardanza pero el verano es algo complicado para encontrar fechas.





Tras ver varias alternativas que no han fructificado, en esta ocasión regresaremos a uno de los templos de las bravas (y el favorito de #runandbravas): Docamar.








La parte de carrera discurrirá desde Quintana hacia el parque Quinta de los Molinos y allí dar unas vueltas por el mismo y regresar. Son dos kilómetros por la calle de Alcalá hasta el parque, hay que intentar ir despacito y con prudencia; ya que compartimos acera con los peatones.




Aprovechamos la ocasión para satisfacer la demanda de aquellos que querían repetir Docamar y los que esperaban acudir por primera vez.


Datos de la cita: Plaza de Quintana (Calle de Alcalá, 337)

Día: Martes, 7 de Octubre

Hora: 19.00  (run) 20.00 (bravas)

Lugar: Calle Alcalá/Plaza de Quintana

Bravas: Bar Docamar. C/ Alcalá, 337. Plaza de Quintana.
Metro en la misma Plaza (Quintana).









Esperemos no tardar mucho en convocar el siguiente #runandbravas; aunque en paralelo se están preparando nuevos eventos que pueden llegar antes.

lunes, 8 de septiembre de 2014

I MEDIO MARATÓN RIBADEO-AS CATEDRAIS



Hay veces en que se presentan ocasiones que hay que aprovechar. Es en esos momentos cuando, sin dudarlo, debemos aceptarlas.

Hace tiempo me comentó Juanlu que había una nueva carrera en un bonito lugar. Mi estado de forma se tornaba incipientemente en el camino de ser escasamente aceptable; pero estaba  en el camino. Ya era algo. Así que decidí inscribirme.

El tiempo (bueno, no solo el tiempo) hizo que mi estado físico fuese de mal en peor, de tal manera que había abandonado la idea. Pero hete aquí que llegó a mi buzón de e-mail una oferta de alojamiento en el mismo lugar donde se celebraba la carrera. Ello, más la posibilidad de hacer un cierre de vacaciones con Elena y Jorge (a saber cuándo volvemos a tener cuatro días para irnos de viaje) me hizo, sin dudar más, pensar en irnos de fin de semana largo a Ribadeo.

Ribadeo es un bonito lugar, quizás un poco decadente en algunas zonas del centro del pueblo, donde se ven abandonados edificios que muestran que otrora fueron elegantes. Camino de Santiago, lugar de paso de peregrinos que siguen el camino del Norte, le confiere cierta vida turística. Además, esa semana celebraba sus fiestas patronales. Al borde de la Ría del Eo, frontera natural de Galicia y Asturias, el paraje es espectacular.

Llegamos el jueves, tras madrugar y un largo viaje, justo a la hora de comer. Tras dejar los trastos en la habitación, salimos a comer algo. 






Encontramos, casi por casualidad, el mítico Villaronta, donde nos dispusimos a comer un poco de pulpo, cachelos y calamares, para ir entrando en ambiente. Luego, tras la siesta un paseíto por el puerto y a cenar. Contrariamente a lo que mandan los cánones, descubrimos un asador argentino, La Quinta, donde poder comer también buena carne, para evitar el monográfico pulpo-mejillones que se nos venía encima. Y, de ahí, a la camita que al día siguiente tocaba excursión.











Tras desayunar, fuimos a la oficina de Turismo y de ahí salimos con información para seguir la ruta de los miradores hasta el faro de isla Pancha. En ello empleamos la mañana, unos 5 kms que al final se hicieron un poco largos para Jorge. En ese tiempo volvimos al hotel para y coger trastos para la playa y el coche mientras reservábamos para comer.




La comida fue en Rinlo, un pequeño y bonito lugar próximo a Ribadeo con otro mítico lugar gastronómico: La Cofradía. Desde luego, su no menos mítico arroz caldoso de bogavante hace honor a las expectativas. Y sus postres caseros (brazo casero de crema de castañas cubierto de chocolate) no están a menor altura.





Ya de ahí fuimos por la Ruta das Praias buscando donde bañarnos y al final bajamos a la Praia Dos Castros. Son playas de marea y cambian mucho según su estado pero la verdad que son de arena fina  y muy limpias. Tras un rato de baño nos acercamos a As Catedrais. Un poco decepcionante ver la marea humana que allí nos acercamos y también no aprovecharlo por no estar la marea baja. Pero, al tener que volver al día siguiente por la carrera ya en plena marea baja, no importaba. 


Luego fuimos al mirador de santa Cruz, que ofrece unas vistas preciosas de Ribadeo.



A la vuelta, duchita y a repetir lugar de cena en La Quinta, rematando con un Gin Tonic en la Terraza del parador.

El sábado por la mañana, desayunamos en otro bonito bar, Breoghan, en la Plaza de España. Decorado con mucho gusto. Esperamos a las 11.30 porque salían los cocos (gigantes) y cabezudos acompañados de gaiteiros, esperando previamente mientras veíamos una concentración de coches antiguos.













Después, fuimos a Castropol, un pequeño municipio situado frente a Ribadeo, en la otra orilla de la ría y allí comimos otro poco de especialidades de la zona. A la vuelta, minisiesta, y al lío. El problema es que no sé si algo de la comida no me sentó muy bien pero, dejémoslo en que tenía unos problemas gastrointestinales de manera continua.


Me acerqué con Jorge a recoger el dorsal al Ayuntamiento, donde se daba la salida (Plaza de España) y luego vino Elena. Hicimos tiempo en un parq        ue infantil que hay en la misma plaza y cuando me entró el enésimo apretón, fui a buscar un WC en el Ayuntamiento, encontrándome de camino con Emilio “Runningbox”. Fue una grata sorpresa. Al salir del WC, una tormenta tenía refugiados bajo los árboles de la plaza y el soportal del Ayuntamiento a los corredores. Fue breve pero intensa. Quedamos con Emilio para cenar luego (cosa que no pudo ser porque por la noche volvió a llover y era un engorro desplazarse por el pueblo sin medios, quedando para otra ocasión).






La salida de la carrera fue más o menos puntual (sin arco ni alfombra en la salida), sin lluvia. El recorrido inicial es por el núcleo urbano. Una pequeña vuelta para volver a la Plaza de España pero por la calla paralela a la salida y bajar al puerto. El puerto es el único tramo llano de la carrera y se abandona en torno al km 2,5 por medio de una rampa dura que asciende hasta la Capilla de San Miguel y se toma camino ya bordeando la costa al faro de Illa Pancha, ya en continuo sube y baja (con subebajas más suaves y alguna más complicada) hasta meta.

A los 5 kms se pone a llover, tipo tormenta, no muy fuerte pero dura poco. Ya estamos mojados. La humedad es alta, se suda mucho desde el principio. Los paisajes de acantilados son preciosos. Ha parado de llover y en el Oeste se asoma el Arco Iris. Silencio, solo el rumor de las olas (suaves) amortigua mis jadeos de búfalo. Como hay multitud de caminos, aparte de flechas en el suelo y cinta de balizar, hay muchos voluntarios, calculemos un centenar. Muy animosos todos. Los únicos compañeros en el camino a partir del km 5. Sigo teniendo que parar por mis problemas. Cada parada es larga (ejem) así que a partir del km 5 ya voy el último. Y así, en el sinuoso trazado y hasta que a mitad de carrera alcanzo a un veterano corredor, transcurre la carrera: vacas que te mugen (deben pensar que eres uno de su especie), voluntarios que te animan, vistas de acantilados. Hay tramos donde el camino es de tierra. La zona es pizarrosa así que los caminos de polvo mojado cogen un barro negro que se adhiere a la ropa y a la piel. No es barrizal pesado pero las pisadas anteriores hacen ir con precaución.


La zona de meta en as Catedrais con el arco y los espectadores, en vista aérea
La carrera pasa por Rinlo en uno de los más bonitos tramos, con la gente del pueblo animando y los turistas poniendo cara de ¿esto qué es? Km 14+- y una voluntaria indica que hay que subir por unas escaleras. ¿Cómo? Bueno, tampoco era para tanto, un tramito de una docena. Al salir de Rinlo se toma la “Ruta das Praias” y se transcurre pegadito a la costa ya de ahí a meta observando en las playas como la marea está baja. Llegando al km18 alcanzo a una chica que me cuenta que es su primera media maratón y que no había pasado de 11 kms. Va un poco tocada y la acompaño pero no puede más y en el último kilómetro ya me dice que me marche.

En meta tremenda animación y me esperan Elena y Jorge. Jorge viene corriendo para entrar juntos de la mano. Me dan un agua y una manzana. Una camiseta. No pone nada de la carrera en la camistea. Luego leí en la prensa que era una carrera un poco como “reivindicación” para hacer As Catedrais parque natural. La meta es en la explanada del aparcamiento de As Catedrais así que habiendo marea baja, había que acercarse. Es espectacular. Bañito con Jorge en el agua bastante fría y de regreso a Ribadeo.


Ya se nos hizo tarde así que cenamos en el Parador y a dormir que a las 6 sonaba la alarma y…vuelta a casa. No sin antes vivir la anécdota de que la Guardia Civil nos pare en un control de alcoholemia al salir de Ribadeo a las 6.30.

Muy recomendable esta carrera. Fue gratuita, lo cual hizo que los casi mil inscritos se quedasen en 600 y poco llegados a meta. Así queno sé yo si el próximo año se celebrará o será gratis pero os la aconsejo vivamente. La carrera es durilla (y si llueve la suela de la zapa no se agarra mucho por el tipo de terreno), no da respiro con el sube baja, pero los paisajes y el baño post carrera no tienen precio.
Fotos del finde...aquí

Y así se acaba este gran finde largo que he pasado con mis amores y que marca el final de las vacaciones 2014… Hasta la próxima!!!

Aquí os dejo un poco de folklore para que os animéis!!