jueves, 31 de julio de 2014

XXXII TROFEO SAN LORENZO

Si me pongo a contar, descubro que esta carrera es la segunda que más veces he corrido, después de la Vallecana. Desde 2005 sin interrupción y tres ediciones con Jorge en el carrito, alguna de ellas ayudado.
Como habré escrito anteriormente, más que carrera es una fiesta: fin de temporada para muchos, inicio para otros, siempre se ven muchas caras conocidas y luego hay un post que, empezando a las 10, puede disfrutarse de manera intensa  sin que se haga muy tarde. La organización está a buen nivel, a pesar de que los requisitos municipales no permiten conocer el recorrido casi hasta el mismo día de la prueba, y el recorrido es fantástico. Que corten el centro de Madrid para menos de 2000 corredores es un lujo que debemos agradecer a la AAVV La Corrala de Lavapiés y procurar que dure muchos años. Además, hay carreras de peques y solo un inconveniente propio de la época: el calor.
Para mí, esta carrera tiene un sabor especial, seguramente amargo. Siempre me recuerda a Óscar, era otra de sus carreras favoritas y le gustaba hacerla con los Garabitas. Óscar nos dejó hace ya tres años, un mes de Julio y esta carrera por ser la primera tras su ausencia suele ser de las que más llama a la memoria (junto con Arenas, Almansa, Boedo,…).
El año pasado la corrió Elena y entramos juntos en meta. No tenemos oportunidades de hacerlo, así que fue una ocasión para recordar.
Este año, sin embargo y de manera inesperada, me encontré con una grata sorpresa: Alberto, tras un tiempo de dura lucha contra el cáncer, ha conseguido superarlo y ha corrido la carrera. Me saluda y me produce una alegría enorme. Un ejemplo para todos.
En cuanto a la carrera en sí, poca historia. Al llegar desayuno en el bar de la estación de autobuses de la Ronda de Valencia donde había quedado con Juanlu. Allí estaba con Mapi y con los Garabitas, entre ellos Paco que nos invita a desayunar por su...71 cumpleaños. Está hecho un chaval. Quien pudiese llegar y hacerlo en esas condiciones.





Posteriormente saludo a un montón de amigos, foto con los FFDR y más corredores. Contento de encontrar gente que hacía mucho tiempo que no veía. No quiero nombrar a nadie porque seguro que me olvidaría de alguien de manera injusta pero, de entre todos los que no veía desde hace mucho “gracias” a mi maldito dolor de espalda, me alegro especialmente cuando me reencuentro con gente que hace muuuuuuuucho tiempo que no coincido.
Se da la salida y, según liturgia, salgo el último con Rubén y se nos añade Juanlu con quienes vamos tranquilos hacia adelante pero en los primeros metros de la Cuesta de San Vicente se marchan (mejor dicho, me quedo). En el Palacio Real me esperan y hago la goma con ellos hasta la Puerta de Toledo y allí, adiós de nuevo hasta la meta. No hay piernas y la distancia se me hace larga, acostumbrado a los 4-6 kms habituales. Aun así acabo de forma decente mis primeros 10 kms sin parar desde hace casi tres meses. Muy contento por ello y porque supone un empujón de ánimo para ver si puedo ir consolidando los progresos físicos y desterrar de una (p…) vez mis males. Eso sí, las piernas no tienen nada de músculo así que habrá que hacer que aparezca porque me cuesta mucho despegar las piernas del suelo.



El post…al nivel habitual. Una cervecita y para casa (ejem) tras celebrar con tarta el cumple de Paco. Lo del post en el Pazo de Lugo es algo grande y el camarero de la barra, un personaje de los dignos en figurar en cualquier galería de cracks irrepetibles. Como atender a un centenar de personas de manera impasible.

Y, tras acabar… buenos deseos para el futuro y hasta el año que viene.