XIII CARRERA POPULAR DE PORTILLO DE TOLEDO

En la glorieta de salida, a distancia prudencial del perro que me observaba con no muy buenas intenciones

Portillo de Toledo es el termino municipal donde se encuentra ubicada la empresa de material deportivo JOMA. Es una empresa que destaca por su presencia en el deporte del atletismo, patrocinando a la RFEA, sin ir más lejos.

En el mundo de las carreras populares no hay nada como el boca a boca. Que ofrezcan una buena bolsa del corredor es motivo necesario y suficiente para inscribirse en una carrera. Y ésta es una de ellas.

La organización ofrece, cortesía de JOMA, una bolsa del corredor compuesta de un zapatillero "sofisticado" (con redecilla para evitar el sudor en la espalda y bolsillo interior con cremallera para meter el móvil, DNI o dinero, por ejemplo), unas mallas largas y una camiseta de manga larga, ambas de tejido técnico de calidad. El efecto llamada, un éxito.

850 dorsales para una carrera con un recorrido no muy duro por calles estrechas en 3 vueltas, para un total de 8 kms se me antoja excesivo. La masificación se nota; ya que se cambia de ubicación el lugar de la salida a una glorieta que pueda tener más anchura. la llegada a por los dorsales (muy bien, sin colas) tiene mala accesibilidad; ya que está puesta en un lugar donde se llega cruzando por el recorrido de las carreras de niños.

Las carreras de niños muy bien. La animación de los portillanos que salieron a la calle de forma ostensible, también. Los esfuerzos de la organización, evidentes y valorables. Pero el ánimo de hacer una carrera grande donde no puede serlo, puede conducir a morir de éxito. Veamos el atasco el año pasado en la Legua de Camarma (enlazo la crónica), por ejemplo. Si una carrera es "de pueblo", con sus dimensiones, mejor se quede ahí; ya que el circuito y la organización no da para más asistencia.

Otro de los puntos conflictivos fue la llegada. En mi caso, tuve que parar unos 70 metros antes de meta y ya había un colapso de gente (no quiero pensar los que llegaron detrás de mí) porque, al ir sin chip, tenían que anotar los dorsales y no había cuerdas para la llegada sino 3 personas encargadas del arbitraje de la carrera a través de un pasillo estrecho.

Tras atravesarlo, viene la anécdota curiosa de la jornada: "el mercado persa". Me tachan el dorsal y me entregan una bolsa. No me preguntan talla. Abro la bolsa y miro,: camiseta naranja XL y malla azul L. fantástico, lo has clavado, ¿me conocías, chaval?. Discurro sobre la acera la cual estaba separada de la calzada por una cinta baliza y observo arremolinamiento de gente que pienso esperan a su familia; pero todos camiseta en mano preguntando que talla me habían dado y si se la cambiaba, tallas de todos los tamaños y ropa de diversos colores hacía parecer un mercadillo, "me los quitan de las manos, señoraaaaaaaa!!!"...

Da la casualidad de que Elena y yo buscamos un bar previo a la carrera para tomar un café y que evacuase el peque y vimos un voluntario pegando carteles con la leyende "Zona de cambios" y no sabíamos a que hacía referencia. En el momento de atravesar el pasillo humano, lo comprendí. Te dan una bolsa y tu ya te apañas para conseguir tu talla. Pues vaya.

La carrera en sí es la típica de Toledo, con una cuesta grande y luego sube  y baja ligero para bajar en picado hasta el inicio y así dos vueltas más. Calles estrechas, al principio no pude correr bien por la gran cantidad de corredores, bastante gente en la calle y la misma estrechez que no te deja correr crea calidez en el ambiente de animación de la gente.

Al final una carrera más, con mucho esfuerzo organizativo, un gran ambiente popular y de clubes pero muy masificada. No debería repetir.

Otra a la buchaca, la trigésimotercera de este año. Enlazo el track de la carrera y las escasas fotos, donde siempre.

Volando voy, volando vengo...