Otro palo para la libertad. El pasado semestre, en ética, uno de los debates más calurosos fue acerca de las corridas de toros. De hecho, el tema era la ética aplicada, sus ámbitos de aplicación y el caso más concreto de los animales.
El argumento central de los animalistas es que el toro sufre y éticamente el hombre no puede permitirlo. Esto, elevado a su máxima expresión (en el caso ético, no habría mínima expresión: sufren todos los organismos dotados de sistema nervioso central) nos conduce hacia la eliminación de los zoológicos, los mataderos, las granjas criadero de animales, las carreras de caballos y yo que sé cuantas otras cosas más, incluida la investigación científica con animales. Quizás aquí si que les interesa adoptar el utilitarismo ("el mayor placer con el menor dolor posible". O sea, que sufran cuatro cobayas y dos monos se soporta en función del bien que se va a causar a la humanidad...). Demasiada volubilidad. Tampoco quiero ser simplista, hay más razones. Os enlazo con la web de mi profesor al respecto. Es interesante para ver la postura animalista y la definición de los términos correspondientes.
Tengo claro que la prohibición de los toros es un tema meramente político y antiespañol. Además, he ido a visitar la web de un eminente filósofo animalista y ponente antitaurino en el Parlament de Catalunya, del cual me guardo el nombre pero os enlazo para que veais que en su web ha eliminado la versión en español. Sólo existe la catalana (indican que se está construyendo una inglesa) y ha pasado del .info al .cat. Y ya me he cabreado. Otra prueba es la no prohibición de "els bous al carrer"; ya que supondrían problemas políticos en poblaciones (provincia de Tarragona) con esta tradición muy extendida. Barcelona era, mediado el siglo XX, la plaza taurina más importante del país. Habían tres plazas de toros activas, que se quedaron en dos y mediados los 70 en una, La Monumental. No me extenderé mucho.
Yo soy taurino. Cada uno es lo que es. Está claro que estamos abocados a la desparición de la tradición. Pero creo que si la dejasen en paz, iría muriendo poco a poco hasta que desapereciese por si misma. Basta ya de prohibiciones, de regulaciones. Más sentido común!!!
He comprobado con asombro como, en época de crisis, el Parlament de Catalunya aprueba la nueva distribución territorial, pasando de 4 provincias (y sus diputaciones) a 7 veguerías. La veguería es una orgnización del territorio moderna, como todo lo que proponen los nacionalistas (se entiendela ironía, supongo). Se remite al siglo XII y son una herencia de la Marca Hispánica, territorios subpirenaicos que fueron reconquistados a la invasión islámica de la península en el siglo VIII, con el apoyo del Imperio Carolingio. De ahí (de la tierra fronteriza y la guerra continua) surgirían los Almogávares y el mito.
Bien, pues como otro agravio más a Catalunya por la supresión en el siglo XVIII por el famoso Decreto de Nueva Planta y para diferenciarnos de España, pues hala, veguerías. Pasamos de 4 provincias a 7 veguerías. Dicen que sin costes de transferencia ni más funcionarios, etc. JA! Y ahora voy y me lo creo. Sin contar con el problema de localidades que no están de acuerdo en pertenecer a una veguería y quieren ser de otra, o comarcas que reclaman una veguería distinta de a la que estarán enmarcadas, etc. O sea, como tantas veces he dicho, se atomizará tanto el territorio que, en manos de los nacionalistas, volveremos a la aldea, a la tribu.
Así que, visto el patio, olvidémonos un poquito de este barrizal político al cual estamos sometidos y soñemos un poquito con uno de los más grandes...
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