El "Corte de UCLA" para la gente aficionada al deporte (y en especial al baloncesto) era un tótem sagrado. El entrenador de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA, para los amigos), Coach Wooden, ideó en los 60 un sistema de ataque que, con el paso de los años, sirve ahora de inicio de nuevos sistemas más trabajados. Consiste en que el base pasa el balón a un alero y corte recibiendo un bloqueo del pivot arriba para poder recibir el pase del alero mientras corta. Si no hay opción de pase, el balón va del alero al pivot, el cual puede pasar bien al alero que corta, bien al base que sale arriba de nuevo recibiendo un bloqueo del alero para buscar un tiro cómodo. Y a partir de ahí hasta el infinito (bueno, hasta los 24 segundos de posesión...)
En la España de los primeros 80, la selección nacional de baloncesto tenía un curioso entrenador, Antonio Díaz Miguel, el cual tenía un aspecto entre anglosajón que bebía del baloncesto universitario USA y hombre de moderno look del famoseo (destacaban en especial sus modelos de gafas). Entrenador muchos años del equipo nacional y tristemente fallecido, se hizo un personaje muy popular y por haber importado el famoso "Corte de UCLA" para la selección y dado a conocer por las narraciones de los locutores de la época en las retransmisiones de los incipientes éxitos en este deporte (Mundial de Cali'82, Los Ángeles'84 o la canasta de Epi en la semifinal del europeo de Nantes' 93 a la Rusia de Sabonis).
Años después, en 1999 una generación de juniors ganaba el oro en el campeonato del mundo de Lisboa. Entre ellos, a las órdenes de Charly Saenz de Aja, un super clase como Raúl López (lastrado por las lesiones se quedó en la mitad de lo que pudo ser), Navarro, Felipe Reyes, Carlos Cabezas, Berni Rodríguez; otros de un escalafón menor como Germán Gabriel y Antonio Bueno; otros como Francesc Cabeza y Julio Alberto González estables jugadores en LEB; Félix Herraiz abandonó prematuro el deporte por una lesión de espalda; el sangrante fracaso de Souleimane Drame (a mi me duele más como penyero) un jugador de físico atlético estilo NBA (3 alto) dominante y decisivo en el título mundial pero convertido en jugador del montón hacia abajo en LEB por carecer de tiro exterior y poseer una cabeza que no acompañaba a sus cualidades, necesario en el 3 moderno ni tampoco poder adaptarse a jugar abajo... y, por último, un suplente del cual nadie podía esperar lo que vendría después: un tal Pau Gasol.
Estos chicos nos han dado infinidad de éxitos y, probablemente, su etapa culminará en las olimpiadas de Londres 2012. Por debajo vienen categorías laureadas y muy preparadas pero...¿cuántos top mundiales como los actuales saldrán? Veremos. No se acercan años de sequía pero si perderemos ese dominio mundial actual.
Este post, va más allá de la exaltación pueblerina de los locutores de televisión, preocupados de que "en la TV francesa nos decían que si jugamos duro que si no jugamos a baloncesto", que si "estos gabachos (bueno, dijeron franceses) tal y les hemos ganado en tenis y en motos y les ganaremos en baloncesto"; quintaesencia de ese patrioterismo de polo de marca con el cuello levantado y muñecas llenas de pulseras de cuero y de hilo con los colores de la bandera nacional que por desgracia nos acompaña lleno de complejos. Este post, decía, va dedicado a hablar de los héroes griegos.
Los héroes acercaban al hombre el mito. Los dioses eran inalcanzables, los héroes cuando menos eran dignos de imitar y de admirar y con cualidades que les acercaban al ser humano. Fortaleza y debilidad, dudas, temores, errores, ascensos y caídas, acciones en la Tierra y no en el ámbito celestial y divino...
Juan Carlos Navarro. El mejor jugador de la órbita FIBA. Un héroe. El antidivo. Con su pareja y sus hijos, pareja que lo es desde los 16 años en que se conocieron. Un físico rudimentario para un mundo baloncestístico de atletas, de semidioses. Con sus cualidades, con sus defectos. Baja a la tierra y lucha contra los dioses del Olimpo y gana la batalla. El mejor, el héroe. Y es cercano a los humanos. Y en otro rasgo de humanidad, concede a otro deportista humano que recoja la copa para homenajear a su padre recién fallecido. Así son los héroes, grandes y por eso les admiramos.
Estoy orgulloso de que este grupo represente al baloncesto de mi país. Y no llevo polito con el cuello levantado ni pulseritas. Eso sí, yo también soy español, como ellos y como el resto. Bueno, soy distinto, la camiseta de España que yo llevo es de la selección de...baloncesto. El baloncesto también existe.
En "el estado", como dicen algunos, tenemos un pequeño problema con las banderas,con todas, cuando menos estético.
ResponderEliminarPor alguna extraña razón no me deja publicar el comentario con mi cuenta "Phaeton" así que va como anónimo
Yo tampoco soy española aunque no cumplo con el estereotipo, y al igual que tú, he disfrutado mucho viendo los éxitos de esta selección y los que quedan por venir... Ya estás practicando alemán? un besote y suerte, sabes que nos estaremos acordando de ti el fin de semana
ResponderEliminarPues sí,será difícil repetir este equipo que ha batido una y otra vez a los equipos descendientes de la Yugoslavia y la URSS. Quien iba a decirnos que les ganariamos facilmente tantas veces. Nos falta el reto máýusculo, el que nadie ha conseguido, batir a EEUU en los Juegos Olímpicos trayendo ellos como traen su mejor selección de profesionales posible(cuando no han traido a los mejores sí han sido batidos).No obstante, parece irrepetible lo que ha hecho este equipo y esta generacion del basket español.
ResponderEliminarGran entrada y gran aficion Santi!!
Sólo he visto un partido, la final, pero los vi tan geniales e intocables como siempre. Son los mejores a base de talento, sin más. Ahí ves a Navarro, un MVP atípico entre tanto músculo. Un genio. Dentro de unos años los recordaremos. Mucha, mucha suerte en Berlín. Recuerdos a Alberto.
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