Rubias o morenas, todas están buenas!!! |
El fin de semana empezó saliendo el viernes desde Barajas, con Andrés y Javi (aka "Siete"). Javi iba con viaje organizado, al igual que otros dos compañeros, el salmantino Miguel y otro compi asturiano con los cuales departimos durante el vuelo variados temas: desde la educación, la crisis económica, etc. Parece mentira que haya corredores con los cuales se pueda hablar de un tema distinto a las carreras!!
Al bajar, nos quedamos Andrés y yo sólos y comimos unos bocatas en el aeropuerto. Después, cogimos el tren pero nos pasamos la estación de transbordo así que se nos hizo un poco largo. En cualquier caso, llegamos al hotel, nos chequeamos, dejamos los trastos y acudimos a la feria del corredor. Allí, nos encontramos con Marcial (aka "Matadu") del Maratón Aranjuez, de nuevo con Javi y Alberto y Carlos de RdB. Retiramos el dorsal, paseamos por la feria...impresionante por las dimensiones y la oferta de productos. eso sí, nada baratos. Había zapatillas más baratas que en España pero más o menos al mismo precio (o pelín más caras) que compradas en internet. Compramos unos geles, algunos souvenirs para regalar, hicimos algunas fotos y...a abrevar!!
La bolsa del corredor es miserable: hay papeles, una pulserita de goma (en la cual al día siguiente te grababan en la tienda oficial adidas el tiempo), una esponja (para llevar contigo y coger agua de barreños en los avituallamiento), una muestra de gel (para ducharse post carrera), el dorsal, los alfileres, el chip, una bolsa para el guardarropa y una etiqueta adhesiva con el dorsal para pegar en ella. Nada más. Ni una mísera camiseta ni nada de recuerdo. Todo el merchandising es un negocio de escándalo. Desde cortavientos a 180 euros, pantalones cortos a 50 euros...caro de narices. Pero claro, ¿cómo no vas a comprar una camiseta... ?
Así que nos tomamos un par de birras antes de salir y formamos dos equipos, cada uno separado por el muro, por el telón de acero (en este caso por una mesa de madera): el equipo de la URSS, con cortavientos rojo (Carlos, Marcial y Javi) contra el resto del mundo (Alberto, Andrés y yo). Al final resultaría ganador nuestro equipo por 3 cervezas a 1 (y en carrera sumando los tiempos, también, jejeje). De ahí fuimos a cenar, ya sin los RdB pero se añadieron Jose y Ana, quienes se alojaban en el mismo hotel que nosotros. Fuimos a un restaurante en Postdamer Platz, Vapiano, un italiano barato y tipo "Mc Donalds". Pedías y esperabas con tu bandeja y dispositivo que, cuando estaba listo tu plato, te avisaba. Un negocio redondo, cero camareros. Y muy rico. De ahí a la cama.
Al día siguiente, madrugamos porque Jose y Ana nos recomendaron unos guías gratuitos en un tour de 4 horas a pie. Allá nos dirigimos, tras dejar temblando el buffet del desayuno. Sin embargo, al ir haciendo fotos por el camino, llegamos muy justo y no vimos a nadie. Como Marcial y Javi nos llamaron, nos encontramos con ellos
y, viendo que estaban organizando la zona de salida y meta nos dirigimos a hacer un recorrido turístico por libre: Puerta de Brandemburgo-Tiergarten-Siegessaule-Postdamer-unter den Linden-Musseuminsel y a comer en torno a las 14 horas (tras tentempie weizenbier+currywurst) un par de horas antes. La comida consistió en un currywurst XXL bien regado de weizenbier y un apfelstrüdel en condiciones. después seguimos pateando y nos subimos al metro para ir a la zona donde aún queda parte del muro en pie. Allí nos sentamos en la hierba y nos notamos cansados (18 horas), tras casi 9 horas pateando. Así que regresamos al hotel. Allí quedamos a cenar en un italiano con Jose y Ana y después a dormir muy cansados, entre prepararlo todo nos darían las 0h pasadas y nos levantamos a las 6h. Bajamos a desayunar y, de allí a la carrera, salida a las 9 h.
El taping milagroso |
La estrategia de carrera era salir suave para pasar el medio maratón sin forzar, entre 1h55 y 1h57, guardando unos segundos por kilómetro para el segundo medio por si había bajón e intentar ir al sub 4h. Todo bajo la premisa de que aguantase mi pierna. El circuito es plano, la mayoría discurre en llano y ligeras subidas en algún puente de no más de 200 metros pero muy suaves. No hay que preocuparse por nada: la marea de corredores te lleva y si le sumas el publico y sus ánimos, más las constantes orquestas a lo largo del recorrido, sólo hay que poner las fuerzas, la mente va bastante descansada. El único problema real son los avituallamientos. Es lógico que sean de vasito, pues entre tanta gente sería peligroso pisar una botella. Aún así los embotellamientos son frecuentes y a medida que fallan las fuerzas la gente va parando más y te ves obligado a para para beber. Más este año, en el cual hizo una temperatura de entre 23 y 25 grados, alta para un maratón. Este es el principal inconveniente, se pierde tiempo. El otro inconveniente son los WC en los avituallamientos. Fui con apretón duarnte unos kilómetros, pero en todos los puntos de WC había cola y busquéne vano uno sin cola, hasta que o pude más y en el km 28 tuve que parar y hacer cola, perdiendo, no sólo unos minutos, sino el ritmo y teniendo que estirar un poco más adelante el gemelo por este motivo. Y de ahí, a meta.
Previamente, había pasado el medio en 1h55, según plan y había ido sin dificultad a buen ritmo cuando me pasó el segundo globo de 3h30 y los dos de 3h45, ya os digo que te llevan. Que vayan dos centenares de corredores con el globo, te animan a engancharte y a ir un rato con ellos paradesperatr las piernas y no empezar a coger el ritmo cansino demasiado pronto.
No hay momento de distracción: solo ves camisetas y camisetas. A mi me gusta ir corriendo por los laterales, así que me distraigo y voy cómodo viendo la gente, las banderas... Increíble. Muchos brasileños y mejicanos (amén de los consabidos italianos y franceses) pero sorprendente el aluvión de daneses, que además eran quienes más animaban entre el público.
Entre el 20 y el 26 la carrera sube ligeramente y bajo el ritmo un poco, a 5'50 pero me veo bien para sub 4h, noto que tengo fuerzas. Pero en el km 28 el paretón ya me obliga a parar y desde ahí ya voy con las piernas doloridas. Sigo con las cuentas de que yendo a 6' llego al sub4h pelao pero no hay manera, noto la falta de kilómetros que tocaban en las semanas de la lesión y empieza a molestarme muscularmente el cuadríceps y la rodilla derecha no me gusta como me habla. También la zona lumbar derecha, segurmanete resultado de pisra con precacuión con el izquierdo, el lesionado. Mal momento, escucho demasiado a mi cuerpo pero decido que no paro. La gente no para de pasarme, de docena en docena, por todos lados, chicas muchas chicas. Chicos me pasan en grupo, hablando, riendo. Y otro grupo. ¿De dónde sacan las fuerzas? El cuerpo me pide parar, la mente dice que mejor ir andando, que todo el mundo me pasa. Pero sigo tirando p'alante con decisión y ritmo cansino, parando a beber y resfrescándome. Mojo en un barreño la gorra, llevaba las gafas encima, salen volando... imposible volver, el gentío me arrasa. Adiós chip, adiós gafas,... El último avituallamiento me paro, bebo y bebo, ya hacía mucho sol, mucho calor. Y ya, hasta meta, el callejeo de los tres últimos kms me mata hasta que entramos en Unter den Linden. Ya veo la Puerta de Brandemburgo, ya llegamos. La recta se hace eterna, la gente anima pero las piernas no van. Aún así, saco fuerzas y levanto más las rodillas. La puerta de Brandemburgo, pasar por debajo es una sensación impresionante, me entran ganas de llorar pero sigo... aún quedan unos interminables 300 metros finales en los cuales llego más ligero y cruzo la meta. 4h17 (track, aquí), asunto secundario. Séptimo maratón a la buchaca. En otro llegaré en mejores condiciones. Una pena, porque este es muy rápido y justo para hacer una gran marca. A pesar del gentío siempre se puede correr, no hay aglomeraciones ni "efecto acordeón".
![]() |
Triunfantes, iniciamos el post-Maratón |
Ya en la calle, empezamos un post-Maratón a la altura del evento y estuvimos desde las 14 horas hasta las 22 h non stop. Comimos unas salchicas y nos bebimos la presa de Assuán en forma de Weizenbier. A las 18 h decidimos volver al tren y al pasar sobre el Spree, vimos un chirinuito con música chill-out y hamacas en el margen del río...p'allá que fuimos. Otra birra y un mojito. Oh yeah. De allí al hotel, llamamos a Jose para cenar juntos y nos comimos un entrecot acompañado de una botella de rioja. De vuelta al hotal otra birra y a dormir con una turca de campeonato que se borró el lunes al amanecer sin resaca.
Tras arrasar de nuevo el buffet, limpiar la zona de las tartas ante la mirada inquisidora de frau encargada del comedor, nos dirigimos al CheckPoint Charlie para remastar la visita y esperar la hora de marca tomando unas cervazas en Alexanderplatz. Después, tren hasta el avión (bebeiendo una cerveza en el tren, como es usual allí), comida en el aeropuerto y regreso.
En el avión de ida y de vuelta coincidimos con Pedro Nimo, al cual felicitamos por su mísnima para Londres 2012 y deseamos suerte en la selección y en futuros eventos.
Agradecer a mi mujer su paciencia ilimitada, a mi hijo por el tiempo que dejo de prestarle cuando me calzo las zapas, a mis fisios Marta y Carlos por conseguir que el tratamiento de choque funcionase y todos vosotros por el apoyo incondicional que he notado en muchas fases de la carrera y en los entrenos diarios. Agradecimiento especial a Andrés con quien pasé muchos ratos muy divertidos, a Jose que está en la recta final de las majors y a Ana, a Javi y a Marcial, a Alberto y Carlos y al nuevo amigo de correrías Miguel, de Salamanca.
Espero encontrar fotos en carrera. Mientras, aquí tenéis las "gastrurísticas"
URSS contra resto del mundo |
Cenando con Jose y Andrés. |
PRÓXIMO RETO: OPORTO, 39 DÍAS. TIC TAC TIC TAC TIC TAC
Aquí os dejo con el Syrius, para que os imaginéis lo que se siente en la salida. Espero que pronto podáis vivir esta gratificante experiencia.