DE DRAGOS...

El drago es un árbol. Su especie es la Dracaena drago. Copio de la wikipedia y enlazo para más detalles: es una especie vegetal típica del Bosque seco mediterráneo y matorral suculento de acacias y erguenes presente en la Macaronesia, particularmente de las Islas Canarias, pero cuya mayor población se encuentra en el oeste de Marruecos. Existen parientes muy cercanos en el este de África y en algunas islas del océano Índico. El Drago se considera, según una ley del Gobierno de Canarias, el símbolo natural de la isla de Tenerife, conjuntamente con el pinzón azul.

Este es un árbol mítico canario. Para los guanches, primitivos pobladores de las islas, asignaban al drago propiedades mágicas. Ello se debía a su savia la cual, en contacto con el aire, adquiere un tono rojo, dándo también al árbol el nombre de "árbol de sangre" y comerciar con la savia tras atribuirle propiedades medicinales casi mágicas.

Si a este vocablo, drago, le añadimos un acento agudo en la "o" final, nos aparece el apellido Dragó, pertenciente a un individuo que se me antoja siniestro, a raíz del incidente de todos conocido en estos últimos días. Me parece un tipo extramademente culto, en ocasiones egocéntrico en sus comentarios, que pueden llegar a denotar cierta vanidad, cosa que no puede extrañar siendo un acervo cultural de enorme magnitud. No es el primer caso. Ni será el último. El problema es que, se comulgue o no, con sus ideas (creo haberle oido decir que se considera un ácrata, ejemejem), lo que parece detestable es lo recientemente conocido.

El incidente, narrado en primera persona en conversación con Albert Boadella en su último libro, sobre sus actividades sexuales con dos japonesas menores de edad (en los años 70) y la posterior justificación de que lo hace público ahora por ser un delito que ya ha prescrito y, aún peor, que el delito lo cometían ellas porque le sedujeron. Me parece de tal nivel de machismo este comentario que no merece la pena comentar nada más. Creo que el acto, y el personaje, se califican a través de sus propias palabras (copio de elpaís.com): "En Tokio, un día, me topé con unas lolitas, pero no eran unas lolitas cualesquiera, sino de esas que se visten como zorritas, con los labios pintados, carmín, rímel, tacones, minifalda...", dice en Dios los cría... y ellos hablan de sexo, drogas, España, corrupción... (Planeta). "Tendrían unos trece años (...). Subí con ellas y las muy putas se pusieron a turnarse. Mientras una se iba al váter, la otra se me trajinaba", cuenta en la obra que recoge sus conversaciones con el dramaturgo Albert Boadella. Y Dragó añade: "El crimen ha prescrito, así que puedo contarlo, aparte de que las delincuentes eran ellas y no yo".

Para que no me tachéis de nada, ahí van sus explicaciones. Sostenella y no enmendalla.

Os dejo con uno de mis grupos favoritos españoles, extremoduro, con una de sus canciones más conocidas: "So payaso". Al menos disfrutareis con los hermanos Iniesta y Cía.