Ginebra es una ciudad de acogida,
de refugio. O eso dicen allí. De importancia capital en el período de la
Reforma, por acoger a la mayor parte de los principales pensadores reformistas
del momento y servir de acogida o punto de tránsito y cobijo a diferentes
movimientos de persecución de estas corrientes divergentes del oficialismo
católico.
La ciudad es muy bonita, muy
tranquila y extremadamente limpia. Desconozco cuál sería el motivo de elección
de esta ciudad para albergar tantos organismos internacionales. Posiblemente
porque muchos suizos crearon ya instituciones como la Cruz Roja, quizás por su
neutralidad. A orillas del Lago Leman y atravesada por el Ródano, es bastante
plana a pesar de estar a tiro de piedra del Mont Blanc y estar escoltada por el
macizo del Jura. Algunas colinas próximas acogen estupendas urbanizaciones de
tremendo nivel adquisitivo. Otra colina importante es sobre la que se asentó el
primer núcleo urbano. Y desde ahí se divisa el resto de la ciudad.
Llegué a las 11 de la noche tras
llegar en tren desde el aeropuerto a la estación de Ginebra Cornavin. Hay que
decir que el tren es gratuito desde el aeropuerto al centro de la ciudad, hay
dispensadores de billetes en el interior de la terminal. Tras dormir, madrugué
para iniciar un día turístico. La idea inicial era ir al Mont Salève, un monte
en Francia al cual se accede en funicular y desde ahí se divisa toda la
planicie ginebrina. Pero un día negro y lluvioso hizo desistir del plan; ya que
leí que con nubes no se ve nada.
Así que me fui primero a por el
dorsal y luego a visitar el centro de la ciudad. La feria está en el Jardin
Anglais. Es un pequeño y bonito parque pegado al lago donde instalaron unas
carpas. Pequeña feria. La bolsa consistía en el dorsal con chip incorporado, camiseta
kalenji verde fosforito y una braga. Después mil kilos de papeles de carrera y
un vale para recoger un envase de botella que me vino bien para rellenar en las
múltiples fuentes que hay en la ciudad. Fotito de postureo en l’Horloge Fleuri
y al lío. La Catedral de Saint Pierre es un buen lugar para visitar. Parte de
un asentamiento paleocristiano y tras múltiples construcciones se llega a la
catedral actual del siglo XVIII. Es interesante subir a la Torre de la
Catedral, excelentes vistas y visitar las ruinas de la antigua catedral. Eso
sí, no es una gran idea para los que quieran estar descansados. Es interesante
la opción de comprar el ticket paquete Catedral + Museo de la Reforma +
Excavaciones arqueológicas bajo la catedral. Después siguiendo el paseo, Église
de la Madeleine, Bourg de Four, Parc des Bastions, Muro de los Reformadores, Hôtel
de Ville, Maison y… ¿dónde está el Jet d’Eau?. Pues…de mantenimiento. Así que
sin LA foto me he vuelto.
Volví a regresar a la feria para
comer allí. No había una comida de la pasta al uso sino que había un
restaurante de pasta que ofrecía un cubo de pasta y una cerveza al módico
precio de 9,50 euros. Y eso por ser corredor. Ginebra es una ciudad
tremendamente cara para el nivel adquisitivo español. Tiendas por doquier de
marcas de lujo. Después me fui a tomar una cervecita a una de las múltiples
cervecerías en la cual fabrican el producto allí mismo. Una degustación de tres
distintas cervezas de a trago y a descansar un poco.
Por la tarde volví a dar un paseo
más relajadito, a tomar un café y pasé a tomar una cerveza por les Brasseurs.
Allí, su afamada cerveza Ambrée fue galardonada la mejor en 2013. Y una jarra
me tomé. 9,60 CHF. Lo dicho, muy caro. Y pegan, pegan de verdad estas birras.
Luego fui a cenar a un italiano y me comí un plato de tallarines muy ricos y a
dormir.
Al día siguiente madrugón y a
coger el tranvía; ya que la salida es un punto distinto al de meta. Hacía frío
y un viento horroroso. Yo había previsto manga corta, dados los 18 grados y
viento medio que se preveía antes de salir de Madrid. Y me quedé helado. En el
tranvía como sardinas en lata. A la segunda parada, el conductor ya no abrió
las puertas en ninguna parada para no dejar subir gente.
Al bajar, en Chène Bourg, más
frío por el viento. Se recogían las bolsas en unas carpas en la plaza Favre,
las metían en jaulas y a los camiones. Primero recogían las del ½ maratón que
salía media hora antes. Un grupo de locales ya maduritos nos deleitaban a ritmo
de jazz y be-bop. Estuve un ratito pasando frío hasta que se marcharon los del
medio, entregué la bolsa y me metí en un teatro que hay en esa misma plaza.
Allí me atemperé pero al salir volví a coger frío y salí un poco helado.
En la salida había unos cajones
orientativos para que se colocase la gente donde estaba señalado su bloque. Dos
monitores de fitness en un escenario animando al personal que tiritaba de frío.
Al final llegó la hora de la salida al ritmo de Black Eyed Peas y me quité la
camiseta de manga larga y la de corta que lleva encima y ya me quedé tieso…y a
tiritar casi hasta meta. En la parte final salió el sol, lo cual agradecí
infinitamente.
La carrera es bonita, plana (con
suaves ondulaciones), pasa por caminos de campo pavimentados y algún tramo de
carretera por los municipios de la comunidad de Ginebra, salvo del 6 al 11 en
los que discurre por camino de tierra. Hay poca gente pero toda la que hay
anima. En los pueblos, orquestas improvisadas de músicos amateur: mucho jazz,
algo étnico africano, grupos de rock, un grupo ataviado de gaiteros escoceses,
una orquesta cantando boleros e incluso un trío con trajes regionales haciendo
sonar esas largas tubas. En torno al 33 se llega a Ginebra. Se discurría
paralelo al lago y se daba una pequeña vuelta por el centro cogiendo la única
cuesta en el km 40 en la Avenida Laussanne para introducirse en los preciosos
jardines Barton y regresar por la otra orilla hasta alcanzar la meta en el
puente del Mont-Blanc.
Los avituallamientos no son regulares cada 5 kms aunque
hay el mismo número que si lo fuesen. Agua, isotónico, plátano y naranja en
todos. A partir del tercero gel en todos. Suficientes y sin agolpamientos (para
dos mil corredores). Y el cresteo del Jura presente en casi todo momento. Ahora
de frente, ahora de espaldas, ahora a un lado, ahora al otro, ahora con nubes,
ahora despejado…
Mi carrera…salí con el objetivo
de acabarla. Frío como una patata, iba cómodo con el globo de 4h30’. En el km
12 el abductor me arreó bien. Lo inteligente hubiese sido retirarse. Seguí y en
el 17 repitió. Estiré y continué hasta el km 20. El globo ya se había ido.
Volví a estirar y hasta el 25. Así que me dije que tranquilo para llegar en
menos de 5 horitas. Pero el abductor me volvió a gritar y de ahí a meta romería
a la pata coja.
Corre y cuando molesta, para.
Meta, medalla plátano, naranja, galletas saladas y una botella de agua.
A por la bolsa a un parking y al salir, lo mejor: los vestuarios. Un vallado de
obra en medio de la calle protegido con esos plásticos negros transparentes que
se ve todo. Ni ducha ni bancos ni sillas ni nada. Pues eso, a despelotarse allí
en medio y, sin lavarme, tirando para al aeropuerto que se escapaba el avión.
Regreso con el abductor hecho
trizas, a ver si se repara pronto. Mientras descansaremos y renovaremos los
aires del coco, que falta hace. Muy recomendable evento. Pequeño pero muy
gratificante. Eso sí, id con la buchaca llena. Por cierto, de Urdangarín, ni
rastro.
Activando cambio de chip inmediato.
Grande Santi!!!
ResponderEliminarOtro más conseguido, uno internacional siempre tiene más regusto. Sitio con vuelos baratos, es una buena opción para el año que viene, aunque ya veré.
ResponderEliminarEnhorabuena, recupera bien ese abductor
Menudo aventurero estás hecho! Felicidades, otra más, aunque ahora falta que mimes un poquito ese abductor, espero verte el 15, esta vez creo que sí que tengo a Sagri en el bote!!!! un besazo recuperador
ResponderEliminarEnhorabuena Santi, he echado de menos la pinícula de la carrera, pero no se puede tener todo en esta vida :-)
ResponderEliminarNo todo el mundo habría terminado con esas molestias. ¡¡Enhorabuena!!
ResponderEliminarA cuidar ese abductor, que lo mismo, con lo tarde que he llegado a la lectura, está hasta curado. :-)
Un abrazote.
Muy buena crónica, tanto en lo que rodea la carrera como de la propia ciudad. Atractivo para viajar y competirlo, muy candidato para 2015 ;)
ResponderEliminarY felicidades, por supuesto, por sumar uno más y terminarlo así!
Un saludo!