DE DIOSES Y HOMBRES

... y más de dos años después, volví a pisar un cine. Varios años más tarde he vuelto a una sala V.O. Y mucho tiempo después aún de que revisitase los míticos Alphaville, ahora Golem. Mucho más cómodos y acogedores.

La ocasión invitaba a aprovechar el día "libre" y a doblar sesión (en los Renoir Princesa programaban "Animal Kingdom") pero al final, los horarios se retrasaron y no pude compatibilizarlas.

Así, vi el estreno de "De dioses y hombres" premio de la crítica en el Festival de Cannes. No es que esto sea una garantía; pero siempre suelen ser películas con algo que ofrecer. Xavier Beuavois, el director, nos ofrece una película con un elenco de personajes psicológicamente bien construidos y claramente diferenciados. Sin entrar en profundidad pero con suficiente trazo fino para poder diferenciar sus motivaciones y sus miedos. Me chocan algunas cosas como el cambio de opinión rápida de algunos de ellos tras una pequeña reflexión. Sólo puedo justificarlo a través de la fe obvia de los personajes. Y me chirrían tres cosas: una, la escena tipo "última cena", se me hizo demasiado larga y poco creíble. Pasó de una escena poética capaz de conmover y despertar emociones a hacerse eterna y causar indiferencia. Del miedo al coraje en un escuchar "El lago de los cisnes". Dos, la escena del helicóptero, me pareció una reminiscencia de "Apocalypse Now". Tres, cuando el padre Luc dice "yo soy libre" tras atender a un terrorista a punta de ametralladora. No, padre, no. Libre se es cuando no se accede a ese chantaje.

El argumento está basado en hechos reales. En 1996 unos monjes de un monasterio del Atlas argelino son secuestrados y, tras no aceptar el Gobierno francés las exigencias terroristas de canjearlos por presos islamistas, fueron asesinados. Hay dudas en que fuese el ejército y el guión se encarga de recalcarlo. El coronel del ejército es el personaje que menos creíble me parece. Tiene un look más cercano a un guerrillero sudamericano o a Juan Valdés, "el más cafetero". En ese ambiente encontramos al grupo de monjes integrado socialmente en la vida de la comunidad, prestando atención médica con medios muy escasos; aunque no se apreciase en la película cual su labor evangélica en el entorno, más bien de respeto y convivencia con el Islam.

Bien narrada, en un ejercicio muy poético, recargado por momentos, con una fotografía excelente y un ritmo narrativo lento de manera voluntaria; pero sin caer nunca en el tedio. Una narración que poco a poco nos conduce hacia un final que imaginamos pero sin conocer el camino. El trasfondo es un supuesto ético. Más que ético moral. Su fe les hace permanecer ante el peligro y entregarse a Dios por amor, morir a cambio de nada y a sabiendas de que desertando de su misión pueden conservar la vida. Ellos deciden morir. Ese es el camino que no conocemos, los vericuetos que les hacen tomar la decisión final y su fatal destino final, el cual es consecuencia de su elección. Los actores, sublimes y el director, más que correcto. La película un producto muy interesante que hará pensar en seguir nuevas secuelas de este artista.

He leído en alguna crítica que le falta la versión del "otro lado". Al respecto tengo que señalar dos cosas. La primera, que no se trata de hablar de buenos ni malos, sino describir una situación y del papel de la espiritualidad del hombre ante las circunstancias terrenales. O, como dice Juan Zapater en "Diario de noticias" y extraído del folleto que en el cine ofrecen sobre la película: "¿es posible/necesaria/útil la espiritualidad mística en tiempos de virtualidad mítica?" La segunda es que ya estoy harto de relativismos culturales: no hay ninguna otra visión ante el terrorismo (que no el islamismo, son cosas distintas). Eso es lo mejor, la historia no se embarca en ninguna aventura política ni religiosa. La visión que el director ofrece sobre la convivencia entre el islamismo y el cristianismo parece ser de tolerancia mutua y eso es lo que deben propugnar ambas religiones, a tenor de la lectura de unas suras del Corán que hacen en la película y que no sabría citaros (si hace falta, las busco, ¿eh?) en un diálogo entre el padre Christian (el prior) y el terrorista Fattiyia (perdón si cambio las consonantes de lugar).

Para finalizar, decir que, yo que soy prácticamente bilingüe francés y haciendo más de cinco años que no hablaba ni una palabra, lo pasé fatal al principio. Leyendo todos los subtítulos y compadeciéndome de haber olvidado el idioma. A medida que avanzaba la película, lo comprendía mejor y ya acabé sin leer nada. Eso sí, acojonado estoy de encontrarme con alguien de los barrios periféricos de París y poder comunicarme... Bueno, a ver si os (y me, sobre todo) sorprendo en próximas fechas y sigo dándole a esto del "séptimo arte"... Os dejo con una escena de las muchas que hay de las oraciones, son espectaculares.

P.D.: Gracias por la compañía, Juanlu. Hasta en esta afición coincidimos.