Hay veces en que se presentan
ocasiones que hay que aprovechar. Es en esos momentos cuando, sin dudarlo,
debemos aceptarlas.
Hace tiempo me comentó Juanlu que
había una nueva carrera en un bonito lugar. Mi estado de forma se tornaba
incipientemente en el camino de ser escasamente aceptable; pero estaba en el camino. Ya era algo. Así que decidí
inscribirme.
El tiempo (bueno, no solo el tiempo) hizo que mi estado
físico fuese de mal en peor, de tal manera que había abandonado la idea. Pero
hete aquí que llegó a mi buzón de e-mail una oferta de alojamiento en el mismo
lugar donde se celebraba la carrera. Ello, más la posibilidad de hacer un
cierre de vacaciones con Elena y Jorge (a saber cuándo volvemos a tener cuatro
días para irnos de viaje) me hizo, sin dudar más, pensar en irnos de fin de
semana largo a Ribadeo.
Ribadeo es un bonito lugar,
quizás un poco decadente en algunas zonas del centro del pueblo, donde se ven
abandonados edificios que muestran que otrora fueron elegantes. Camino de
Santiago, lugar de paso de peregrinos que siguen el camino del Norte, le
confiere cierta vida turística. Además, esa semana celebraba sus fiestas
patronales. Al borde de la Ría del Eo, frontera natural de Galicia y Asturias,
el paraje es espectacular.
Llegamos el jueves, tras madrugar
y un largo viaje, justo a la hora de comer. Tras dejar los trastos en la
habitación, salimos a comer algo.
Encontramos, casi por casualidad, el mítico
Villaronta, donde nos dispusimos a comer un poco de pulpo, cachelos y
calamares, para ir entrando en ambiente. Luego, tras la siesta un paseíto por
el puerto y a cenar. Contrariamente a lo que mandan los cánones, descubrimos un
asador argentino, La Quinta, donde poder comer también buena carne, para evitar
el monográfico pulpo-mejillones que se nos venía encima. Y, de ahí, a la camita
que al día siguiente tocaba excursión.
Tras desayunar, fuimos a la
oficina de Turismo y de ahí salimos con información para seguir la ruta de los
miradores hasta el faro de isla Pancha. En ello empleamos la mañana, unos 5 kms
que al final se hicieron un poco largos para Jorge. En ese tiempo volvimos al
hotel para y coger trastos para la playa y el coche mientras reservábamos para
comer.
La comida fue en Rinlo, un
pequeño y bonito lugar próximo a Ribadeo con otro mítico lugar gastronómico: La
Cofradía. Desde luego, su no menos mítico arroz caldoso de bogavante hace honor
a las expectativas. Y sus postres caseros (brazo casero de crema de castañas cubierto
de chocolate) no están a menor altura.
Ya de ahí fuimos por la Ruta das
Praias buscando donde bañarnos y al final bajamos a la Praia Dos Castros. Son
playas de marea y cambian mucho según su estado pero la verdad que son de arena
fina y muy limpias. Tras un rato de baño
nos acercamos a As Catedrais. Un poco decepcionante ver la marea humana que
allí nos acercamos y también no aprovecharlo por no estar la marea baja. Pero,
al tener que volver al día siguiente por la carrera ya en plena marea baja, no
importaba.
Luego fuimos al mirador de santa Cruz, que ofrece unas vistas preciosas de Ribadeo.
A la vuelta, duchita y a repetir
lugar de cena en La Quinta, rematando con un Gin Tonic en la Terraza del
parador.
El sábado por la mañana,
desayunamos en otro bonito bar, Breoghan, en la Plaza de España. Decorado con
mucho gusto. Esperamos a las 11.30 porque salían los cocos (gigantes) y
cabezudos acompañados de gaiteiros, esperando previamente mientras veíamos una
concentración de coches antiguos.
Después, fuimos a Castropol, un
pequeño municipio situado frente a Ribadeo, en la otra orilla de la ría y allí
comimos otro poco de especialidades de la zona. A la vuelta, minisiesta, y al
lío. El problema es que no sé si algo de la comida no me sentó muy bien pero,
dejémoslo en que tenía unos problemas gastrointestinales de manera continua.
Me acerqué con Jorge a recoger el
dorsal al Ayuntamiento, donde se daba la salida (Plaza de España) y luego vino
Elena. Hicimos tiempo en un parq ue
infantil que hay en la misma plaza y cuando me entró el enésimo apretón, fui a
buscar un WC en el Ayuntamiento, encontrándome de camino con Emilio “Runningbox”.
Fue una grata sorpresa. Al salir del WC, una tormenta tenía refugiados bajo los
árboles de la plaza y el soportal del Ayuntamiento a los corredores. Fue breve
pero intensa. Quedamos con Emilio para cenar luego (cosa que no pudo ser porque
por la noche volvió a llover y era un engorro desplazarse por el pueblo sin
medios, quedando para otra ocasión).
La salida de la carrera fue más o
menos puntual (sin arco ni alfombra en la salida), sin lluvia. El recorrido
inicial es por el núcleo urbano. Una pequeña vuelta para volver a la Plaza de España
pero por la calla paralela a la salida y bajar al puerto. El puerto es el único
tramo llano de la carrera y se abandona en torno al km 2,5 por medio de una
rampa dura que asciende hasta la Capilla de San Miguel y se toma camino ya
bordeando la costa al faro de Illa Pancha, ya en continuo sube y baja (con
subebajas más suaves y alguna más complicada) hasta meta.
A los 5 kms se pone a llover,
tipo tormenta, no muy fuerte pero dura poco. Ya estamos mojados. La humedad es
alta, se suda mucho desde el principio. Los paisajes de acantilados son
preciosos. Ha parado de llover y en el Oeste se asoma el Arco Iris. Silencio,
solo el rumor de las olas (suaves) amortigua mis jadeos de búfalo. Como hay
multitud de caminos, aparte de flechas en el suelo y cinta de balizar, hay
muchos voluntarios, calculemos un centenar. Muy animosos todos. Los únicos
compañeros en el camino a partir del km 5. Sigo teniendo que parar por mis
problemas. Cada parada es larga (ejem) así que a partir del km 5 ya voy el último.
Y así, en el sinuoso trazado y hasta que a mitad de carrera alcanzo a un
veterano corredor, transcurre la carrera: vacas que te mugen (deben pensar que
eres uno de su especie), voluntarios que te animan, vistas de acantilados. Hay
tramos donde el camino es de tierra. La zona es pizarrosa así que los caminos
de polvo mojado cogen un barro negro que se adhiere a la ropa y a la piel. No
es barrizal pesado pero las pisadas anteriores hacen ir con precaución.
La zona de meta en as Catedrais con el arco y los espectadores, en vista aérea |
La carrera pasa por Rinlo en uno
de los más bonitos tramos, con la gente del pueblo animando y los turistas poniendo
cara de ¿esto qué es? Km 14+- y una voluntaria indica que hay que subir por
unas escaleras. ¿Cómo? Bueno, tampoco era para tanto, un tramito de una docena.
Al salir de Rinlo se toma la “Ruta das Praias” y se transcurre pegadito a la
costa ya de ahí a meta observando en las playas como la marea está baja. Llegando al km18 alcanzo a una
chica que me cuenta que es su primera media maratón y que no había pasado de 11
kms. Va un poco tocada y la acompaño pero no puede más y en el último kilómetro
ya me dice que me marche.
En meta tremenda animación y me
esperan Elena y Jorge. Jorge viene corriendo para entrar juntos de la mano. Me
dan un agua y una manzana. Una camiseta. No pone nada de la carrera en la
camistea. Luego leí en la prensa que era una carrera un poco como “reivindicación”
para hacer As Catedrais parque natural. La meta es en la explanada del
aparcamiento de As Catedrais así que habiendo marea baja, había que acercarse.
Es espectacular. Bañito con Jorge en el agua bastante fría y de regreso a
Ribadeo.
Ya se nos hizo tarde así que
cenamos en el Parador y a dormir que a las 6 sonaba la alarma y…vuelta a casa.
No sin antes vivir la anécdota de que la Guardia Civil nos pare en un control
de alcoholemia al salir de Ribadeo a las 6.30.
Muy recomendable esta carrera. Fue
gratuita, lo cual hizo que los casi mil inscritos se quedasen en 600 y poco
llegados a meta. Así queno sé yo si el próximo año se celebrará o será gratis pero os
la aconsejo vivamente. La carrera es durilla (y si llueve la suela de la zapa
no se agarra mucho por el tipo de terreno), no da respiro con el sube baja, pero los paisajes y el
baño post carrera no tienen precio.
Fotos del finde...aquí
Fotos del finde...aquí
Y así se acaba este gran finde
largo que he pasado con mis amores y que marca el final de las vacaciones 2014… Hasta la próxima!!!
Aquí os dejo un poco de folklore para que os animéis!!
!!!Enhorabuena campeon!! Con la primera parte me ha vuelto a dar gana de cenar, jajaja
ResponderEliminarGracias!!! Buena ocasión para ambas cosas!!!
EliminarBuen finde, gastronómicamente no te podría haber seguido, económicamente hablando, en carrera supongo que sí, jeje.
ResponderEliminarEnhorabuena por terminarlo, que era de lo que se trataba.
Es un poco caro. 12 pavos el platito de pulpo... Eso sí, el arroz fueron 30 y salieron 5 platos.
EliminarLa carrera mola mucho.
No entiendo tus problemas gastrointestinales con una dieta tan suavecita... Me alegro de que vuelvas al lío.
ResponderEliminarIba bien hasta esas zamburiñas... Gracias. Poco a poco.
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