En este país sigue siendo muy difícil tener libertad de expresión. Hay que estar alineado. Los eclécticos, los que tenemos una opinión formada y criterio propio, heterogeneidad de gustos y no vamos a favor de viento, no solemos estar bien vistos. No me preocupa. Me aterra más esa sociedad maniqueísta en la cual todo es únicamente blanco o negro y que es bueno o malo según desde el lado que se observe. Esta sociedad en la cual no enseñamos a nuestros hijos a tener criterio propio sino les adoctrinamos desde la cuna según presupuestos ideológicos, sin darles las herramientas objetivas para que tengan opinión propia. Viene todo esto a cuento de la semanita que llevamos tras la sentencia del "Caso Garzón, episodio 1" a raíz de las escuchas telefónicas del "Caso Gürtel". Sin otros considerandos aparte, paso a soltaros un ladrillaco contemplando distintos aspectos que a mi me parecen significativos desde el prisma social, tomando como punto de partida este caso.
La primera consideración es el tema por el cual se produce el juicio. Se juzga a Garzón por realizar escuchas ilegales entre cliente y abogado, asunto el cual está expresamente prohibido en nuestra legislación (salvo casos excepcionales, como terrorismo, por ejemplo) y ratificado por jurisprudencia del Tribunal Supremo. Garzón se salta la ley a la torera y realiza escuchas en los encuentros en prisión entre encausados en prisión preventiva y sus representantes legales. Esto, provocará la anulación de esas grabaciones como prueba y, por lo tanto, alimentar gran parte de la carga acusatoria contra ellos. Amén de empañar todo el esfuerzo de la policía en trincar a estos señores. No es un problema de elegir entre un juez prevaricador y unos señores corruptos. Nunca. Repito: nunca, el fin nunca justifica los medios. El hecho de que unos corruptores y unos corruptos seguidos de redes de blanqueo de dinero, cohechos varios, otorgar concursos públicos de manera irregular, financiaciones de partidos, etc. estén campando a sus anchas no es de recibo. Pero para ello está la policía: para cogerlos. Y los jueces, para juzgarlos con las leyes en la mano. Y ahora pueden salir de la cárcel o pasar menos tiempo del que deberían por la actuación irregular del señor Garzón.
Consideraciones de la izquierda acerca de este punto. Esto le pasa por meterse con los de la derecha del PP por el tema Gürtel. Como base, no. Se le juzga por realizar de manera irregular su cometido. Claro que, alguien que acaba su alegato citando a Kant en la frase "el único tribunal del hombre es su conciencia" se descalifica a sí mismo. Fundamentalmente como juez y más alguien que montó un circo al asistir al juicio vistiendo la toga de magistrado. No, señor Garzón, no quiera confundirnos. No mezclemos el tema ético con el ordenamiento jurídico. Kant hace esa reflexión desde el punto de vista ético. Garzón, como juez, debe observar e interpretar las leyes como tales, nunca saltárselas porque su conciencia ética le dicte ésto o aquéllo. Poco dice en su favor aportar esta cita como argumento intelectual. Muy poco.
La izquierda soporta sus argumentos de apoyo a Garzón en cuestiones de índole ética. Estoy de acuerdo. El juez debe observar la ética; pero primero debe atender a su jurisdicción. Va de suo. Primero, observación del ordenamiento jurídico, después ajuste a los principios éticos y morales. A quien le interese un poco la aplicación de la ética en el ámbito jurídico, aquí tiene una interesante recopilación de aspectos al respecto.
La derecha le tiene crucificado por muchos temas. No están muy autorizados a hablar de temas morales cuando discuten la posibilidad de juzgar temas como la dictadura de Pinochet o la franquista. O lo que estime el juez, siempre que esté dentro de su jurisdicción y se atenga a Derecho. Claro que viendo el club de fans que esperaba a Garzón en el exterior del juzgado pancarta en mano, se sienten legitimados según la imagen del "menos malo".
En los procedimientos contra Garzón, se usa como argumento defensivo el que se le condena por meterse con los Gürtel o con los crímenes del franquismo. No es así. Se le condena por extralimitarse en sus funciones o tomar decisiones a sabiendas que son injustas (prevaricar). Nadie duda que los crímenes del franquismo (y del otro lado) fueron execrables; pero la Ley de Amnistía de principios de la Dictadura era como un cierre a todo lo anterior. Un borrón y cuenta nueva que consistía una de las bases del edificio de la democracia. Puede ser repugnante mirar para otro lado pero en aquella época (siempre debemos contextualizar para analizar correctamente hechos históricos) es lo que tocaba, antes unas fuerzas contrarias al cambio de régimen, sobre todo el ejército.
Garzón es un juez que pierde la perspectiva hace tiempo. Un juez conocido por la debilidad e inconsistencia de sus instrucciones (aspecto no excesiva importante en la aplicación de la ética en el ámbito judicial; ya que se considera secundario frente al conocimiento de las leyes) que se erigió en "juez estrella" por importantes operaciones, sobre todo contra el terrorismo y el crimen organizado. Entra en política (independiente en las listas del PSOE por Madrid) y, tras chocar con el ministro Belloch (también juez en excedencia) y ser colocado en un puesto irrelevante y decorativo, se retira de la política y vuelve a la judicatura. Cual es la sorpresa cuando decide desempolvar del fondo de su cajón un sumario hasta entonces olvidado: los crímenes de los GAL que cuesta, no sólo el Gobierno a Felipe González y el PSOE, sino que abre una brecha de credibilidad en la limpieza del estado de Derecho, dibujando la existencia de unas "cloacas del estado", la aparición del concepto "crimen de Estado" y el descubrimiento para el común los españoles de la existencia de algo llamado "fondos reservados" manejados de manera opaca por gente de dudosa honorabilidad. A partir de ese momento, no hay procedimiento en el que intervenga Garzón que se halle libre de polémica y/o de intencionalidad política y se convierte en héroe para unos, villano para otros, tótem para todos.
Si caído su prestigio podía estar, vino el escándalo de su estancia en una Universidad americana: no sólo pidió excedencia sin renunciar a parte su retribución sino que, además pidió patrocinio para la realización de diversos cursos y seminarios a distintas empresas, entre ellas el Banco de Santander (encabezando la carta con un imborrable "Querido Emilio") el cual patrocinó. Posteriormente, le tocó una causa contra el Santander la cual archivó, en lugar de inhibirse, tan ético que quiere mostrarse el personaje. No conozco la causa al detalle pero no me negará nadie que lo ético hubiese sido que la viese otro juez.
Estoy escuchando a mucha gente hablar sobre la politización del mundo judicial y el CGPJ. La única instancia politizada, y así está establecido en la Constitución, es el Tribunal Constitucional, que se halla al margen de la carrera judicial y cuyos miembros se eligen por parte de los políticos por un sistema de cuotas que supone escasa credibilidad democrática. El resto va por carrera judicial, independiente del poder político.
Montesquieu escribe en 1748, "El espíritu de las leyes". Esta obra es el germen de la separación de poderes actual. Separación entre legislativo, ejecutivo y judicial. Legislativo y ejecutivo van bastante unidos, al menos en nuestro sistema parlamentarista. Es difícil que, como en un sistema presidencialista sucede continuamente, se encuentre que el presidente tome medidas que puedan no ser respaldadas por el legislativo. Un clásico contemporáneo (Alfonso Guerra) dijo "Montesquieu ha muerto": en 1985, Felipe González, gobernaba en mayoría absoluta y, para controlar absolutamente todo el poder le faltaba el poder judicial. En el CGPJ hay una cuota política y otra de carrera. Los jueces de carrera no admitían este control del ejecutivo, así que al no aceptar las exigencias, se modificó mediante decretazo esa elección, de tal manera que los vocales (20) fuesen todos elegidos por el parlamento. Pero no todo que do ahí; ya que el PP que criticó esta acción y en su programa electoral de 1994 llevaba reformar la elección del CGPJ se dio cuenta de lo favorable que le era elegir a "sus" jueces y jamás se movió. Tenía razón Guerra. Se cargaron a Montesquieu. Y el pueblo, tan tranquilo. "Para que no se pueda abusar del poder, es preciso que, por la disposición de las cosas, el poder detenga al poder". Ésta es la frase de Montesquieu que hace referencia a este punto.
En cualquier caso, el fin último de cualquier desempeño en política es alcanzar y detentar el poder. Llamándose el CGPJ "poder judicial" está claro que para desempeñarlo hay que tener en parte rasgos políticos, aparte de los meramente técnicos judiciales.
Así las cosas muy difícil es afirmar que, si en lugar de los Gürtel, hubiese sido cualquier chorizo de medio pelo el escuchado (o cualquier juez el prevaricador), el altavoz mediático hubiese sido el mismo. También si la condena es o no proporcional. Se supone que no va mal tirada, un juez es el primero que debe dar ejemplo en su jurisdicción.
Resumiendo y para acabar. Garzón se extralimitó en sus funciones y debe ser condenado. Y punto. Lo demás, es accesorio. Lo que más me indigna es que, por su mala actuación puedan irse a la calle estos chorizos y no nos enteremos de nada de lo que pasó. Pero por encima de todo están las garantías procesales que este señor se saltó.
Como Camps. Arruina una comunidad autónoma por una gestión irresponsable y quieren inhabilitarle por cuatro trajes...En una cosa estoy de acuerdo: a Al Capone fueron incapaces de encontrarle ni un delito (organización criminal, prostitución, asesinato, tráfico de drogas, soborno, corrupción, juego, ...) y le metieron en prisión por evasión de impuestos. A éstos, si no es por una cosa por la que no existe ley (gestión negligente de fondos públicos, que solo conlleva inhabilitación para desempeñar cargo público) que los encierren por lo que puedan (con todas las garantías que la ley les otorgue) y que se demuestre que aún podemos resucitar a Montesquieu.
Respecto a lo dicho al principio, retomo a Montesquieu: "Hay que entender claramente lo que es la independencia y lo que es la libertad. La libertad es el derecho de hacer lo que las leyes permiten; y si un ciudadano pudiera hacer lo que prohiben, ya no habría libertad, porque los otros tendrían ese mismo poder". Seamos libres: tengamos criterio propio, respetuosos con las ideas ajenas, debatamos con sensatez, no nos alineemos ideológicamente, seamos independientes. Siempre respetando a las leyes, para ser libres, para no temer expresar nuestras ideas. En palabras de Montesquieu: "La libertad política, en un ciudadano, es la tranquilidad de espíritu que proviene de la opinión que cada uno tiene de su seguridad; y para que se goce de ella, es preciso que sea tal el gobierno que ningún ciudadano tenga motivo de temer a otro".
Expresad vuestras opiniones, ésta es una tribuna libre.