La excelente película titulada "Los Puentes de Madison" es un film del año 1995, dirigido por Clint Eastwood. En una gran dirección, sobresalen las excelentes interpretaciones de los actores principales: el mismo Clint y Meryl Streep. Aupados por una banda sonora de calidad y una fotografía más que interesante, la película fue un éxito sin precedentes.
El remake, protagonizado ayer por el actor Mariano Rajoy tiene unos tintes de comedia absurda. El guión, escrito por la CEOE, asegura la incoherencia.
Pues va el prota y dice que va a acabar con los puentes porque será una medida que incremente la productividad. Y en ésas que se le ve el plumero de no haber trabajado jamás. ¡Los puentes no existen, gañán! (no, no os asustéis, no son los padres). Como todos los políticos, no tienen ni puñetera idea.
Ningún empresario regala un puente. Un puente es un día laborable entre días festivos, que se toma como ocioso para alargar el período festivo por la totalidad de esos días. Esas horas no trabajadas, pues, ¿de dónde salen?. Bien, los convenios colectivos fijan un número de horas anuales a trabajar, que divididas entre 8 horas diarias pues salen x días al año. Si sumamos los 14 festivos, entre nacionales, autonómicos y locales y los 30 días naturales de vacaciones, pues según el convenio vienen a salir un número de jornadas de 8 horas anuales a trabajar (de 8 o de lo que esté estipulado). Casi siempre hay un sobrante de días que la gente suele guardar para hacer algún puente. O se quitan de vacaciones. O se recuperan alargando un tiempo la jornada diaria. Amén de asuntos propios y los funcionariales "moscosos". No se regalan, Mariano. No.
Otra cosa, que por ahí deben ir los tiros, es el tema de la productividad. Se ha determinado que la productividad de los lunes y los viernes es la más baja de la semana, en torno al 60 y pico por ciento sobre 100. Por tanto, sería una locura "no hacer puentes" dejando los festivos tal y como están ahora. Porque si así fuese, tendríamos multiplicidad de luniviernes o vierlunes y la productividad sería más baja cada día.
Por tanto, el gran descubrimiento/solución es que se pasan las fiestas entre semana a los lunes. Muy bien, a ver quien es el guapo de decir que San Isidro ya no es el 15 de Mayo, o el día del Padre, o el 2 de Mayo que sea el 5. Con un par. No ponemos orden en las autonomías como para arreglar ésto que, al final se convertirá en dos días.
Hasta aquí, bien. Pero claro... ¿dónde se van a poner esos días "sobrantes de convenio" y/o "moscosos"? Pues obviamente, a continuación del lunes festivo, con lo cual seguiremos teniendo puentes.
¿O, acaso, querido Mariano y siguiendo el guión de la CEOE (y de la Merkel y de los mercados) se va a legislar al respecto? En cristiano ¿se va a acabar con los convenios con lo cual se fijará el número de horas que quiera la CEOE? En este escenario, seguro que se eliminarán esos días "sobrantes de convenio". Es más: sindicatos... al lorito, que os veo venir.
Sin duda, el sector turístico (de un peso de más del 30% del PIB) agradecerá profundamente que se le quiten esas fechas de fuerte estacionalidad de turismo interno (Semana Santa, Puente de Diciembre, Puentes en Otoño y Primavera,...). Pero éstos ya no pesan mucho en la CEOE, ya se pulieron al capitoste turítico, un tal Ferrán...
Me siento en la butaca y sigo viendo la peli, a ver como acaba...mientras escuchamos "Puente sobre aguas turbulentas" de Simon and Garfunkel. Mariano, que se te ve el plumero...